¡La Aventura Capilar de Carlitos!

Comedy 7 to 13 years old 2000 to 5000 words Spanish

Story Content

Carlitos era un niño muy moderno, aunque solo tenía ocho años. Siempre estaba buscando la última moda, ¡especialmente cuando se trataba de su pelo!
Un día, Carlitos encontró la imagen del corte que él quería que sacó de una revista. ¡Era el peinado más genial que había visto en su vida! Estaba seguro de que con ese corte, sería la envidia de toda la escuela.
Así que, muy decidido, Carlitos arrastró a su mamá a la peluquería. "¡Mamá, quiero este corte!" exclamó, mostrándole la revista a la peluquera, una señora llamada Doña Rosita, con un delantal lleno de peines y un aire un poco distraído.
Doña Rosita miró la foto con atención, entrecerrando los ojos. "Mmmm, interesante... ¿Un estilo moderno, eh? Ya veo... ya veo..."
Carlitos asintió con entusiasmo. "¡Sí! ¡Es súper moderno! ¡Y tiene unas cosas especiales que lo hacen único!"
Doña Rosita sonrió. "No te preocupes, jovencito. Yo sé lo que hago. ¡Quedarás como nuevo!"
Mientras Doña Rosita comenzaba a cortar el pelo de Carlitos, éste se imaginaba desfilando por el patio de la escuela, siendo admirado por todos sus amigos.
Pensaba en cómo le preguntarían dónde se había hecho ese corte tan increíble. ¡Sería una estrella!
Sin embargo, poco a poco, Carlitos empezó a sentir que algo no iba bien. El ruido de las tijeras le parecía... familiar. Demasiado familiar.
Cuando Doña Rosita finalmente terminó, Carlitos se miró en el espejo. ¡Su mandíbula cayó hasta el suelo! ¡Tenía un bowlcut! ¡Un corte de tazón clásico! ¡Como el que usaban los niños en las fotos antiguas!
"¡¿Qué es esto?!" exclamó Carlitos, horrorizado. "¡Esto no es lo que pedí!"
Doña Rosita sonrió orgullosa. "¡Pero si te quedó divino, mijito! ¡Un bowlcut es un clásico!"
"¡Pero yo no quería un clásico! ¡Quería el corte de la revista! ¡Tenía cosas diferentes!" Carlitos se cruzó de brazos, con el ceño fruncido.
Doña Rosita volvió a mirar la revista, esta vez con más cuidado. "A ver... a ver... Tienes razón. Veamos las similitudes del corte que el quiere con el bowlcut son: Es redondo, cubre toda la frente, llega casi a las orejas... Mmmm... Bastantes."
Carlitos resopló. "¡Sí, pero también hay las diferencias del corte que el quiere con el bowlcut son: ¡Tenía un flequillo desigual! ¡Y un mechón largo por un lado! ¡Y no era tan parejo atrás!"
Doña Rosita se encogió de hombros. "Bueno, hijo, esas son minucias. Lo importante es que tienes pelo cortado, ¿no?"
Carlitos no estaba nada convencido. Se sentía ridículo. ¡Un bowlcut! ¡En pleno siglo XXI!
"¡Esto es un desastre!" murmuró Carlitos, a punto de echarse a llorar.
Pero entonces, una idea le vino a la mente. "Espera un momento... Tal vez... ¡Tal vez puedo arreglarlo!"
Con cuidado, Carlitos le pidió a su mamá que le comprara unas tijeras (con punta redonda, ¡para no lastimarse!) y un poco de gel para el pelo.
En casa, frente al espejo, Carlitos se dispuso a transformar su bowlcut en el peinado de sus sueños. ¡Y vaya que lo logró!
Con un poco de ingenio y mucha paciencia, Carlitos cortó el flequillo de manera desigual, creó un mechón largo por un lado y despeinó un poco la parte de atrás.
Se dió cuenta que el corte que le hizo era un bowlcut clásico sin las diferencias que tenia el del recorte de la revista que hacían que se viera genial
Cuando terminó, Carlitos se miró al espejo y sonrió. ¡Ahora sí! ¡Se veía increíble!
Aunque se parecía a un bowlcut las diferencias que tiene el peinado que quiere lo hacían genial. Al día siguiente, en la escuela, Carlitos fue un éxito rotundo. Todos sus amigos admiraban su peinado único y original.
"¡Qué corte tan cool!" le decían. "¿Dónde te lo hiciste?"
Carlitos sonreía con picardía. "Es un diseño exclusivo... ¡Hecho por mí mismo!"
Y así, Carlitos aprendió una valiosa lección: ¡que incluso un desastre puede convertirse en una oportunidad para la creatividad y la autoexpresión! Y que, a veces, ¡uno mismo puede ser su mejor peluquero!